miércoles, 2 de enero de 2013

¿Cómo se habría salvado Mercedes?

      Hemos criticado la tardanza del helicóptero de INAER, la empresa concesionaria del servicio de rescate aéreo mediante el “Pesca 1”. Es de sobra conocido que el contrato de este servicio señala que el tiempo máximo de respuesta para acudir a un incidente es de 10 minutos, que actualmente se habrían elevado a treinta por no contar temporalmente con cuatro pilotos que se han dado de baja por su contratación en el extranjero. Depurar las responsabilidades en este aspecto es difícil porque desconocemos si, primero, dichos pilotos avisaron con tiempo suficiente de su baja, para ser reemplazados. Segundo, tampoco sabemos si es fácil encontrar pilotos cualificados, aunque el Director General de Inaer ha declarado que la marcha de los cuatro pilotos “ha motivado que tengamos que formar nuevos pilotos, proceso extenso dada la especialización que se requiere”.
     Pero ahora vayamos a las declaraciones que ha realizado a “El Confidencial” uno de los mariscadores que ese día trabajaban con Mercedes, la percebeira fallecida.
     Este hombre ha confesado al periodista que no tenían anclajes de seguridad, con cuerdas sujetas a las rocas, para poder recuperar la posición en tierra firme ante una eventual caída. También, que Mercedes no sabía nadar, que ninguno de sus compañeros se atrevió a lanzarse a por ella porque tampoco son nadadores, ni siquiera mediocres. Pero argumentó que, aunque él sí sabe nadar, ni un campeón de natación hubiera sido capaz de llegar hasta ella.
     Siento disentir de esto último. Si el mar arrastró a la mujer hacia afuera, lo que además es lo adecuado, ya que la libró de un fatal golpe contra las rocas con olas de dos metros, también hubiera ayudado a salir afuera a un posible rescatador. Los surfistas sabemos que el mar te puede arrastrar unas decenas de metros, pero nunca inexorablemente, ya que cuando perdemos la tabla por rotura del invento, frecuentemente con olas y resacas fuertes, siempre es factible volver a la orilla con paciencia y tranquilidad.  El mar no es un traidor asesino, hay que conocerlo, simplemente. El problema hubiera sido la salida a tierra firme, pero siempre se puede buscar una zona no batida por la que acercarse a las rocas, aunque reconozco que para ello hay que tener mucha serenidad, y no es fácil esta última maniobra.
     Los que han visto un magnífico documental de David Beriaín sobre como trabajan los percebeiros de Cedeira, saben perfectamente que las técnicas de seguridad empleadas por estos excelentes profesionales del mar, hacen que todas estas dificultades que expone el compañero de Mercedes, estén previstas y superadas. Primero, todos están atados a las rocas. Segundo, creo personalmente que la mayoría son buenos nadadores. Tercero, cuentan siempre con el apoyo de una embarcación que permanece alejada de la costa solo unas decenas de metros.
     Si estas medidas se hubieran tomado en el caso de los percebeiros de Oia, la pobre Mercedes estaría viva, aun sin el helicóptero. No podemos esperar milagros cuando se trabaja al filo de la muerte. Ese límite hay que alejarlo todo lo posible y no confiar en la utopía de que no va a pasar nada nunca, ni que los helicópteros de la Xunta van a llegar siempre a tiempo.
Como trabaja un percebeiro de Cedeira

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