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Pantín, siempre espectacular |
En la playa de Pantín se celebró el pasado fin de semana, 22
y 23 de junio, la segunda prueba del circuito gallego de las categorías Open
masculino y femenino, Longboard y Paddle Surf.
Por la previsión de oleaje muy fuerte, el domingo se destinó
para el Open masculino, y el sábado se hicieron las restantes categorías, con
olas de un metro, más que suficientes, que posibilitaron un desarrollo normal
de las mangas clasificatorias así como de las respectivas finales. El día fue
lluvioso y desapacible, pero en el agua hubo la temperatura suficiente para una
buena competencia.
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Néstor contento con su tercer puesto, como buen deportista que es. Foto FGS |
Néstor Martínez fue tercero en la final de LB, final que
ganó con diferencia sobre el resto de los competidores un fortísimo Alberto
Fernández, surfer de Matalascañas (Huelva), pero asiduo de nuestras playas
durante los veranos. Demostró un dominio de la tabla larga con un surf de giros
radicales, un estilo moderno sin concesiones a las figuras clásicas de esta
categoría.
En el open femenino, en el que nuestro club no presentó a
ninguna chica, Erika Franco, que va creciendo en su surf día a día, no tuvo
mucha competencia para ser la primera de su final sin demasiados problemas.
En master, que ganó el surfista de
la Costa Norte, Chumi García, el
Océano SC tampoco tuvo a nadie.
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Iago, en los puestos de honor. Foto FGS. |
En Paddle fue 4º en la final Iago Rodríguez, que va ganando
dominio con rapidez en la tabla a remo.
Al día siguiente, el domingo, cuando llegamos a la playa,
con la marea baja, las series que caían rebasaban todas las previsiones que se
había hecho el día anterior, ya que nadie se esperaba lo que nos encontramos. A
primera hora entraban de vez en cuando gigantescas series de cuatro a cinco
metros, y lo peor no era el tamaño, sino que al llegar al pico rompían con
intenciones asesinas. Bueno, que nadie se atrevía ni a situarse en el pico para
verlo de cerca…
Se esperó pacientemente a que subiese la marea a ver si se
ordenaba un poco (es un decir, ya que aquello era un revoltijo horroroso) y
disminuyera algo la desmesurada altura de las series grandes que entraban cada
varios minutos, arrollando a todos los que encontraba a su paso en el pico. Un
surfista me contaba que, estando junto con otro competidor esperando una ola,
entró una serie de tal calibre que después de haberlos sepultado a los dos bajo
una enorme masa de agua, al salir a la superficie vio que, literalmente, su
compañero había desaparecido, como si se lo hubiese tragado la ola. Menos mal
que apareció en seguida, aunque unas decenas de metros más allá.
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Día de olas enormes |
Con la perspectiva que se encontraron los surfistas del
open, de los sesenta inscritos en un principio solo se confirmaron en el
checking la tercera parte, veinte valientes que no se amilanaron con el
espectáculo que ofrecía el mar a mediodía, y se dispusieron a enfrentarse no
solo contra sus competidores, sino sobre todo contra el mar enfurecido, cosa
que hay que medírsela bien primero. Cuatro mangas de cinco, y treinta minutos
fueron las condiciones de la prueba. Los surfistas empezaron entrando por el
canal, pero al llegar casi a la punta entró una enorme serie que desbarató sus
intenciones de sortear el oleaje. La otra ruta elegida fue la del medio de la
playa, en donde se forma actualmente otro canal.
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Marnela, infierno blanco. Foto Jesús Busto. |
Así se fueron sucediendo las mangas, en las que se bajaron
olas de más de tres metros cuya principal dificultad, como dije al principio,
no era tanto su tamaño como la forma de romper, ya que si lograbas ponerte de
pie la bajada era de vértigo y con un espumón rozando la espalda.
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Miguel Pérez-Moneo en plena batalla contra sus contrincantes y contra los elementos. Foto Occy |
De las cuatro mangas de cuartos pasaron a semis ocho surfers
que tuvieron que volver al sufrimiento, lo que hicieron con resignación pero
con deportividad, y por fin, la final, en la que estaban Alberto Reimunde que
ganó con autoridad, Esteban Rey, que peleó como un superman desde el primer al
último minuto, Chumi García y Miguel Pérez-Moneo, del Océano SC, clasificados
por ese orden, y todos riders de ola grande excepto Miguel, al que esas
condiciones no le favorecían, pero que supo sin embargo afrontarlas bien durante
toda la competición.
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Luis hizo méritos de sobra para estar en la final, surfeando magníficamente sobre todo en la manga de cuartos. Foto Occy |
Luis Rodríguez, que hizo una excelente manga de cuartos no
logró acumular suficiente puntuación en semis quedando tercero por muy poco. Muy
a destacar Erika Franco, que no se amilanó y fue de esos veinte valientes que
decidieron entrar, al igual que un surfista –de nuestro club, un orgullo- todavía
demasiado joven para enfrentarse a ese mar, pero que no tuvo problemas aun
quedando eliminado como Erika. Alvaro Froján, con sus catorce años fue premiado
por
la Organización
porque tiene mucho mérito haberse metido en ese infierno blanco. Otro sufer del
Océano que entró en manga fue Diego Rodríguez, que peleó también lo suyo aunque
quedó eliminado en cuartos.
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Alvaro Froján, hay que apuntar este nombre con futuro en el surf. Foto Occy |
En definitiva, campeonato espectacular, interesante, bonito
y competido, en el que se demostró que entre los surfistas gallegos hay muchos
“big riders”. Supongo que cuando surfeas habitualmente una playa como Pantín,
muchas veces tienes que lidiar con condiciones de mar como las que hubo y,
simplemente, te vas acostumbrando. Aunque te tiene que gustar mucho el surf para
estas batallas con
la
Naturaleza enfadada, eso por supuesto.
Texto: Carlos Bremón
Fotos: Federación Galega de Surf, Jesús Busto, y Pablo Romero (Occy). Para ampliar las fotos, clicar en ellas.
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