domingo, 25 de agosto de 2019

Música, Surf, Medio Ambiente Programa nº 309 20.08.2019



ZIGGY STARDUST

De David Bowie está todo dicho. Fueron cinco décadas plenas de actividad creativa que se extendió a varias artes. Precisamente en este álbum, de una u otra forma, están presentes varias de sus facetas artísticas. Desde luego la musical, razón por la que llega a esta serie de programas de los discos imprescindibles. Pero también la teatral, pues la coreografía creada para los tres años de giras para presentarnos a este extraterrestre bisexual llegado a la tierra para, transmutado en estrella del rock, intentar salvarnos y fracasar en el intento, fue igualmente una obra de arte basada en el teatro tradicional japonés kabuki, ayudado por el diseñador de moda Kansai Yamamoto. En escena, Bowie era un auténtico performer, apoyado en esa época por la extraordinaria guitarra de Mick Ronson y el resto de los Spiders From Mars.  Las letras –y la propia historia de Ziggy- son también originales. El hecho de que en la contraportada apareciese el to be played at máximum volume acabó por rematar la presentación estelar de este disco editado en 1972 y que hoy, escuchado de nuevo a volumen máximo, continua fresco y convincente, confirmado por la crítica en múltiples listas como una de las obras maestras de la música.

David Bowie continuó durante las siguientes décadas investigando, explorando, editando y representando otras obras, la mayoría magníficas, otras no tanto, para culminar con la representación de su propia muerte en su último trabajo Blackstar, publicado dos días antes de su fallecimiento. Performer hasta el final. No es de extrañar, pues, nuestra devoción por Bowie, compartida con miles, tal vez millones, de personas.



domingo, 18 de agosto de 2019

Música, Surf, Medio Ambiente Programa nº 308 6.08.2019




THICK AS A BRICK

La historia de este álbum -otro de los grandes discos de la historia de la música- bien podría subtitularse “o de como una parodia acaba derivando en una obra maestra”. Y esto es así porque anteriormente a este disco, la banda británica Jethro Tull, liderada por el gran Ian Anderson, había editado el también célebre Aqualung, álbum admirado por críticos y aficionados, pero al que además parte de la crítica se empeñó en considerar como disco conceptual. Anderson, con razón, lo negó y para demostrarlo, en diciembre de 1971 decidió crear lo que el de verdad entendía por una obra conceptual: el Thick as a Brick, quinto álbum del grupo, que en la imaginación de su creador nace como una completa parodia.

Desde la originalísima funda – que simulaba un periódico de provincias-, la letra –una historia única basada en un supuesto poema de un crío de 8 años-, la música –con una estructura más cercana a una sinfonía que a un disco de rock al uso- todo ello confirió un carácter de tal excepcionalidad al disco –parodia o no- que nos volvió locos a todos. Ian Anderson estuvo en esas semanas poseído por una creatividad extraordinaria –décadas después lo ha reconocido- con lo cual, con una intención o con otra, lo cierto es que compuso, y el grupo interpretó, una obra inmortal. Se edita en marzo de 1972 y hoy, 47 años más tarde, sigue conservando toda su frescura, energía (la que reflejaban aquellos ojos que se salían de sus órbitas) y calidad musical. Fue su cénit. Hizo otro intento serio con A Passion Play, pero nunca logró, pese a la calidad de este y otros discos, alcanzar la cima del Thick as A Brick.

martes, 6 de agosto de 2019

Música, Surf, Medio Ambiente Programa nº 307 30.07.2019



FOXTROT

Seguimos con los grandes álbumes de la historia de la música – música sin apellidos- y en este programa el turno le corresponde al Foxtrot del grupo británico Genesis. Cuando escuchamos el tema The Musical Box de su anterior álbum (Nursery Cryme, 1971) claramente nos dimos cuenta que estábamos ante un grupo especial y con un potencial espectacular. No hubo que esperar mucho tiempo para comprobarlo. Corría 1972, cuando con el cuarto Lp de su carrera, Genesis alcanza su zenit creativo, su obra maestra. Los 5 músicos que componían el grupo –la mejor formación de toda su historia- Peter Gabriel, Tony Banks, Steve Hackett, Phil Collins y Michael Rutherford crearon una obra única, compacta y brillante. Hablamos del Foxtrot. Si la cara A la puntuaríamos 10 sobre 10, la B sería 20 sobre 20 y los últimos diez minutos 30 sobre 30. Parecería que los excelentes primeros cincuenta minutos del disco no son sino la preparación de este climax final y particularmente de los tres últimos minutos, en los que todavía nos saltan las lágrimas de emoción cada vez que lo escuchamos, 47 años más tarde. Tres minutos que puntuaríamos 100 sobre 100.

Aunque los dos siguientes trabajos, Selling England by the Pound y el doble Lp The Lamb Lies Down On Broadway son también dos excelentes discos, con algunos cortes espectaculares,  no alcanzan en conjunto la categoría creativa, la redondez del Foxtrot, por más que Peter Gabriel lo intentó en el segundo de ellos. Precisamente la marcha de Peter del grupo hizo que la magia y las sinergias creativas se redujesen notablemente y el grupo languideció poco a poco. Una historia que se repite cuando la búsqueda de caminos diferentes de miembros de un grupo, personalismos y disputas llevan a las bandas a perder toda o parte de su capacidad creativa, muchas veces preámbulo de su desaparición. Una pena, pero es así. Pero con solo el Foxtrot, Genesis justificaría sobradamente su carrera, sin despreciar en absoluto sus otros 5 álbumes grabados entre 1970 y 1974.