Gran final la de esta tarde en Peniche. Después de la eliminación de Slater y Fanning, la primera semifinal era una final anticipada con Parkinson y Medina frente a frente, siendo la otra de dos surfistas de menos nivel, Adriano de Souza y Julian Wilson. Medina empezó la semifinal con mucha garra y, no hay que ocultarlo, con mucha suerte, la que le faltó a Parko, que fue incapaz de encontrar una ola que le diese un mínimo juego, tal como le sucedió ayer a Slater, con una puntuación incluso muy similar, un 5 y pico. Las condiciones eran de nuevo malas, siendo muy difícil conseguir una ola que diera el juego suficiente, un tubo con salida, una pared limpia... Medina además de suerte, indudablemente, fue más capaz que Parko en encontrar sus olas, acabando con una puntuación aceptable, 13,81. Cara larga, pues, de Parkinson al salir del agua.
En la segunda semi se encontraron un Adriano de Souza trabajador como siempre pero poco brillante, con un Julian Wilson que rozó el techo de puntuación, con dos olas de más de 9 (9,70 y 9,57).
A pesar de todo, si alguien hubiese preguntado antes de la final si había un favorito, todo el mundo habría señalado al brasileño sin dudar. Pero hoy era el día del australiano.
Aunque las cosas empezaron muy bien para Gabriel Medina, que con un 7,90 en los primeros minutos fue haciendo olas buenas (4,67 y 6,77), hasta conseguir un 7,47 que obligaba a Julian a hacer un 7,55, puntuación difícil de lograr ya que los tubos, si se cogían, eran malos, y esos puntos eran difíciles de alcanzar sin la maniobra reina. El australiano se esforzaba, pero ola tras ola era decepción tras decepción, llegando a coger 14 olas de muy escasa puntuación.
Cuando la familia Medina, en la grada, festejaba ya el triunfo de Gabriel, faltando apenas unos segundos, Wilson se lanzó a su ola número 15 en la que tras un tubo difícil realizó tres maniobras que dejaron una enorme incertidumbre en todo el mundo, incluidos ellos mismos. Con los surfistas ya en la arena, todos miraban al podio de jueces intentando adivinar qué pensaban éstos de aquella última ola. ¿Valdría más de un 7,55?. Las caras de los protagonistas eran un poema, con la angustia pintada en sus rostros.
Al cabo de un minuto la megafonía emitió el veredicto de los jueces: Julian Wilson había sido puntuado con un 8,43. ¡Acababa de hacer su mejor clasificación de este año, al ganar la prueba número 8 en Peniche!
La cara de Gabriel Medina era ahora la de una persona que acaba de sufrir una enorme decepción, lo que en cierto modo está justificado, aunque todavía le falta a este muchacho de 18 años madurez para asumir una derrota tan inesperada como ésta.
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