Toni Butt |
San Ciprián hace muchos años que lo conozco, y desde la primera visita me impactó enormemente por su belleza y singularidad, ya que se asienta sobre un estrecho y arenoso istmo, con agarimosas playas rodeando las casas.
El curso constó de dos sesiones,
mañana y tarde, cinco horas en total, durante las que Toni nos fue describiendo
nociones de meteorología primero, para explicar luego la génesis de las olas,
de las marejadas, su propagación por el océano y lo que pasa cuando llegan a la
costa.
Creo que Toni no necesita
presentación, todos habéis oído hablar de él. De todas formas, sucintamente diré
que nació en Bournemuth, población inglesa de la costa sur de Inglaterra, y que
tiene ahora 52 años.
Se tituló primero como Ingeniero
Técnico especialista en electrónica, trabajando como tal varios años, hasta que
decidió volver a la universidad, doctorándose en Oceanografía Física por la Universidad de
Plymouth.
Buscando quizás buenas olas y un
clima algo mejor se vino al País Vasco, y residió en Sopelana siete años,
durante los que comenzó a probar las olas grandes, convirtiéndose, como no, en
local de Meñakoz, ola que surfeó hasta conocerla como el pasillo de su casa.
Pero Meñakoz, de ser una ola con la
que pocos se atrevían, terminó siendo un spot bastante saturado de surfistas
que desafiaban los derechones y los calvos (creo recordar que les llaman así a
las rocas que hay en la trayectoria del surfista en este spot).
Por
ello Toni, que confiesa ser poco amigo de las multitudes en el pico, se marchó
en busca de nuevos horizontes, viajando hacia el Oeste y llegando por fin a la
costa Asturiana, en donde se ha establecido desde hace varios años en un
encantador pueblito de esta costa, La Caridad , entre Navia y Tapia de Casariego.
Desde aquí se ha dedicado a explorar
la costa asturiana en busca de olas grandes surfeables, y dice haber encontrado
algunas magníficas. Incluso se atreve a comparar una de ellas (en ubicación
secreta, por supuesto) con Mundaka, describiéndola como más grande y el doble
de larga, lo que sin embargo le ha costado la respuesta excéptica de muchos
surfistas vascos. Aunque, lógicamente, no hay porqué desconfiar de la opinión
de Toni, sobre todo porque la costa asturiana (y esto lo digo yo que la conozco
bien) tiene fondos que son perfectamente capaces de dar olas increíbles, solo
hay que estar allí el día adecuado con la marejada adecuada. Recuerdo hace
muchos años haber visto cerca de Tapia de Casariego olas que, rompiendo a una
milla de la costa, recorrían quinientos o seiscientos metros manteniendo un
tamaño muy respetable. Pero esa es otra historia.
Texto: Carlos Bremón
En pleno curso |
Fotos:The Old, the young & the sea, Pisosnesubasta.net y el autor
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